Ellos dos comenzaron a esgrimir sus espadas uno contra el otro. Simón estaba atacando a Aditya con todas sus fuerzas, intentando acertar un golpe. Aditya, por otro lado, simplemente bloqueaba tranquilamente cada movimiento, como si estuviera dando un paseo relajado por el parque.
¡Clang! ¡Clang! ¡Clang!
Cada vez que sus espadas se encontraban, el sonido resonaba fuerte. La fuerza de cada golpe era realmente intensa. Chispas volaban mientras el metal se estrellaba contra metal, una y otra vez.
De repente, Simón lanzó un movimiento especial, balanceando su espada en un amplio arco apuntando al cuello de Aditya. Pero Aditya estaba preparado. Ágilmente desvió el golpe y respondió con el mismo movimiento exacto, haciendo que Simón se apresurara a bloquear a su vez.