—He decidido, una vez que las vacaciones de Año Nuevo terminen, manejaré personalmente este asunto. Necesitamos poner fin a esta guerra civil de una vez por todas —el tono de Aditya era resuelto, sus dedos masajeando su frente mientras evaluaba las implicaciones del persistente conflicto.
—¿Qué sigue en la agenda? —la tensión en sus ojos traicionaba su fatiga mental. Su fuerza física, reforzada por su cultivo, podría soportar las demandas de su rol, pero su mente anhelaba un respiro.
—Han pasado más de dos meses y medio desde que la he visto —Aditya suspiró interiormente—. Ella estaba destinada a ser su quinta prometida, una mujer cuya compañía realmente disfrutaba. Sin embargo, los apremiantes deberes de su cargo le habían retenido, manteniéndolo alejado de ella durante un período extendido.