Después de concluir su divertida sesión de esgrima con Alicia y participar en algunas bromas amigables, Aditya decidió que era hora de refrescarse. Regresó a la comodidad de su habitación y se sumergió en un baño refrescante, dejando que el agua fresca limpiara su cuerpo y rejuveneciera su espíritu.
Una vez terminado, se dirigió al comedor del palacio, guiado por el delicioso aroma de un desayuno sustancioso. Al entrar, sus ojos se posaron en dos caras conocidas sentadas en la mesa del comedor - Leo y Clara, sus hermanos adoptivos menores.
—Buenos días, ustedes dos —Aditya saludó con una cálida sonrisa, sintiendo un torrente de afecto por los dos jóvenes.
—Buenos días, Hermano Mayor —cantaron los hermanos al unísono, sus rostros juveniles se iluminaron al verlo.