—¡Tap! ¡Tap! ¡Tap! —Bang!.
El Primer Ministro Philip entró en el dormitorio de Lucas abriendo la puerta sin antes llamar o pedir permiso al emperador. Philip encontró al Emperador de pie en su balcón, mirando fijamente la enorme nube en forma de hongo que había cubierto el cielo.
A pesar de que la capital del Imperio de Eco Nexus está a unos 850 kilómetros de distancia de sus fronteras orientales, incluso desde tan lejos, el Emperador pudo ver la explosión que destruyó un área de 25 kilómetros.
Philip respiró profundamente para tranquilizar sus nervios y detener el temblor de su cuerpo. La noticia de la muerte de Arturo fue tan impactante para Philip que no pudo dejar de temblar de miedo. Todo su cuerpo estaba cubierto de sudor. Su rostro se veía pálido. Sus ojos estaban llenos de miedo. Era como si se hubiera encontrado con el Dios de la Muerte.
