Ni su hermana, ni los ministros entendían por qué el emperador estaba dispuesto a llegar tan lejos. ¿Estaba incluso poniendo su vida en juego, todo en un intento de matar a Karyk?
El emperador también parecía tener prisa porque Karyk fuera asesinado, lo cual tampoco tenía sentido. ¿Era solo porque Karyk era capaz de matarlos? ¿O había algo más que él sabía y ellos no? Nadie lo entendía.
—¿Qué era esto? —preguntó Gabriel, sintiendo la gota de sangre dentro de su cuerpo. La gota de sangre se sentía frágil como si pudiera ser fácilmente destruida por él si quería.
—¡Tonto, ni siquiera entiendes lo que mi hermano ha hecho por ti! —gritó la hermana del emperador, todavía furiosa por todo esto.
Uno de los ministros se adelantó, suspirando. —Su majestad ha compartido toda su fuerza contigo. Sin la esencia central, no puede usar ninguna de sus habilidades. Con esto, tampoco tendrá su inmortalidad.