—¿Debería llamarte Gabriel ahora, o Karyk? —preguntó Alion. No se había dado cuenta de que había una sonrisa de alivio en su rostro. Después de que Karyk muriera, había esperado este momento toda su vida. ¡Y ahora que el momento había llegado, era como si una pesada piedra fuera quitada de su pecho!
Gabriel se frotó la nuca, estirando la cabeza. —Puedes llamarme como quieras. Solo es un nombre—. Extendió su otra mano hacia su Bastón Ancestral que estaba tirado en el suelo cerca de ahí.
El Bastón Ancestral voló directamente hacia él, entrando directamente en su cuerpo. Incluso el Libro de la Nigromancia que siempre había estado en forma de anillo en su dedo desapareció, ingresando en su cuerpo.
Se volvió hacia la niña que estaba junto a él. En su primera vida, no tuvo interacción con la niña. De hecho, ni siquiera había escuchado acerca de ella.
—¿Te llamas Jia? —le preguntó, mirando a la niña que estaba a su lado.
