La biblioteca subterránea, con sus antiguas paredes de piedra y estantes llenos de libros polvorientos, parecía vibrar con energía mágica acumulada.
—¿Todos listos? —preguntó Kaizen, su voz resonando en la cámara. Miró a cada uno de sus amigos, buscando en sus ojos para asegurarse de que estaban listos para enfrentar lo que fuera que se les presentara.
Og'tharoz fue el primero en responder.—Estoy listo. No hay tiempo que perder.
Lily Sangrienta se enderezó su capa negra y relajó sus hombros.—Continuemos con esto —dijo, sus ojos rojos brillando con determinación.
Kaizen se volteó hacia Alina, quien sostenía la botella de líquido brillante en ambas manos.—¿Vamos a beber esto ahora o cuando lleguemos allí?
—La poción tiene un efecto de ocultamiento de solo una hora. Idealmente, deberíamos beberla solo cuando estemos en las puertas del infierno —explicó Alina.
—Muy bien, entonces por favor déjamelo a mí por ahora.
—Como desees —dijo ella.