Se tomó la decisión. Con renovada determinación y esperanza, el grupo se preparó para llevar a cabo el plan.
Kaizen, ahora centrado en su conexión con los espíritus, guiaba el camino a través de los túneles secretos de la prisión.
Los oscuros y húmedos corredores resonaban con el sonido de sus cautelosos pasos, mientras el opresivo aire de la prisión se cernía sobre ellos.
—Nos estamos acercando —susurró Kaizen, su voz cargada de tensión—. Los espíritus me dicen que estamos cerca del ala donde está retenido Og'tharoz.
Andrew y los demás seguían de cerca a Kaizen, manteniéndose alerta ante cualquier señal de peligro. Los túneles eran un laberinto sinuoso, y dependían de las habilidades de Kaizen para guiarlos con seguridad.
Finalmente, llegaron a una estrecha escalera que conducía a los pisos superiores de la prisión. Kaizen miró hacia arriba, su expresión de determinación reflejando su resolución de liberar a su amigo.