A medida que la reunión se desarrollaba, la tensión inicial entre los líderes del gremio comenzó a ceder paso a una colaboración más sólida. Nadie estaba allí para aprovecharse, al menos no en un momento tan delicado como este. Se trazaron estrategias, se asignaron recursos y, poco a poco, surgió de las discusiones un plan para reconstruir el reino entero.
Fryft, con su imponente presencia, moderaba la reunión con sabiduría y elocuencia. Los líderes del gremio, incluso los más escépticos, empezaban a reconocer que, juntos, podrían enfrentar los desafíos que había dejado tras de sí la Guerra que Duró una Noche.
Kaizen y Lily Sangrienta destacaban como las otras figuras de liderazgo que más diferencias marcaban en la reunión, aportando ideas pragmáticas y soluciones realistas aunque este reino ya no fuera su problema. El aura de confianza de Kaizen se igualaba con la fiera determinación de Lily Sangrienta, creando una dinámica poderosa que inspiraba respeto.