—No pueden ser reales... son solo proyecciones, manifestaciones distorsionadas de ellos —susurró para sí misma Lily Sangrienta, intentando ignorar el torrente de emociones que inundaba su mente.
Dathan, con su sonrisa de desprecio, se acercó.
—¿Crees que puedes escapar de las verdades simplemente ignorándolas?
Lily Sangrienta se mantuvo con la cabeza baja en silencio, solo escuchando lo que todos decían, solo cuando levantó la cabeza, su semblante no parecía en absoluto el de alguien que estaba conmovido.
—Todas estas acusaciones vertidas por ti son inútiles. Nunca fui impulsiva, fui valiente. No estaba confundida, era estratégica —argumentó Lily Sangrienta, mirando a los ojos a aquellos seres que imitaban la apariencia de sus amigos.
Araxie cruzó sus brazos desafiante.
—Valentía ciega, Lily. Tus órdenes sin sentido nos lanzaron a las bocas de nuestros enemigos. No lideraste, solo nos guiaste hacia el abismo.
Lily Sangrienta apretó sus puños.