—¿Qué? No puedo ser yo, soy débil. Kaizen es quien debería ir —dijo Lily Sangrienta, un poco nerviosa y tímida.
Kaizen sonrió. —Eres la más adecuada para el papel, porque además de ser tranquila, también sabes ser discreta. Además eres fuerte, muy fuerte, y no pienses que no lo hemos notado, porque siempre te defiendes bien.
Un silencio se cernió sobre el lugar de la reunión por un momento antes de que Lily Sangrienta finalmente cediera ante la mirada decidida de sus compañeros. Tragó saliva, su rostro mostrando una mezcla de nerviosismo y determinación.
—Está bien —dijo con voz firme, a pesar del leve temblor en sus manos—. Haré lo que sea necesario para proteger Midgard y tratar de traer a Klank de vuelta.
Miradas de aprobación cruzaron los rostros de los jugadores alrededor de la mesa.