—Entonces, ¿qué podemos hacer, Alina? ¿Cómo podemos evitar que el Ojo de Hermod haga todo lo que quiera? Apenas se parecen a un árbol podrido que se niega a caer —Alina cerró los ojos por un momento, como si buscara una respuesta en lo más profundo de su mente. Finalmente, abrió los ojos y miró a Kaizen.
—Primero, necesitamos entender más sobre la naturaleza del caos y el mana. Sé mucho sobre eso, pero aún hay lagunas que necesitan ser llenadas. En todo mundo, hay puntos cardinales de mana, lugares especiales hasta donde puedo recordar. Si mi teoría es correcta, cosas desastrosas han ocurrido en estos lugares para hacerlos tan sensibles al mana. Investigaré y te pasaré una lista, pero no podemos hacerlo solos.
—¿Estás sugiriendo que formemos un equipo, verdad? —preguntó él.
—¿No es eso en lo que has estado pensando desde hace un tiempo? —Ella respondió, sonriendo, como siempre notándolo mucho.