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Klaus sintió un alivio al alejarse de la multitud y subirse a la furgoneta. El zumbido de la prensa todavía resonaba en sus oídos, pero ahora finalmente podía relajarse un poco.
Cuando la furgoneta comenzó a moverse por las atareadas calles de Los Ángeles hacia el hotel, Klaus se acomodó en el asiento con un profundo suspiro y su celular comenzó a vibrar frenéticamente. Klaus sacó el celular del bolsillo y notó que tenía varios mensajes sin leer. El más reciente captó su atención:
'Ashley' parpadeaba en la pantalla.
Él sonrió, recordando a su novia, quien había sido increíblemente comprensiva durante todo el torneo, dándole espacio para concentrarse en la competencia. Inmediatamente, presionó el botón de llamada para hacerle una llamada.
—Hola, amor —dijo al contestar la llamada, intentando sonar más calmado de lo que se sentía.