Mientras los competidores se dirigían a las furgonetas que los llevarían al hotel, los periodistas esperaban como buitres en la salida y aunque la seguridad del evento intentó contener sus esfuerzos, se acercaban en un frenesí de destellos de cámaras y micrófonos extendidos.
—Lara Cavalcanti, ¿cómo se siente haber ganado el primer lugar? ¿Fue una sorpresa? —preguntó uno.
—Emma Nielsen, demostraste una serie de habilidades increíbles en la competición. ¿Cómo lograste mantener los nervios bajo control y rendir tan bien? —inquirió otro.
—Lara, todos hablan de tu técnica de tiro extremadamente efectiva. ¿Puedes contarnos un poco más sobre cómo la desarrollaste? —continuaron con las preguntas.
Las preguntas venían de todas direcciones, como una lluvia de curiosidad ávida. Los primeros competidores intercambiaban miradas breves entre sí, comprendiendo que esto era solo otra parte de la responsabilidad de tener esta fama repentina y fugaz.