Mientras la multitud aún aplaudía la entrada de Max al TOP 5, Lara Cavalcanti estaba concentrada en su concentración personal. Sus experimentados ojos escudriñaban cada detalle de las actuaciones de los competidores, buscando debilidades, patrones y oportunidades.
A medida que los otros competidores avanzaban, uno por uno, Lara tomaba nota mental de los pequeños fallos en sus técnicas. De esta manera, podía practicar los movimientos antes incluso de coger el arco, y su agudo ojo seguía las sutiles matices que podrían marcar la diferencia. Mientras observaba, lo recogía todo, obteniendo valiosas perspectivas para sí misma.
Así que cuando el turno de Max terminó y llegó el momento de Lara de entrar en la arena, la multitud se calmó, porque Lara era buena en el equipo, pero no tan impresionante como Emma o el propio Max.