—Siguiente competidor: ¡Max! —anunció el narrador—, y los ojos de la multitud se volvieron hacia él.
Max había hecho un excelente trabajo en los primeros dos desafíos, sorprendiendo al público con sus asombrosas habilidades de improvisación y su capacidad de disparar más de una flecha al mismo tiempo. Sin embargo, esta vez no podía hacer eso, porque cada flecha era importante.
Así que Max tomó una respiración profunda, visualizando los blancos en los pilares. Recordó las palabras de Emma y las utilizó para concentrarse. Centrándose en las palabras de Emma, ajustó su postura y respiración. Sus manos no temblaban, estaban firmes y por eso se sintió confiado al soltar la primera flecha, sintiendo la vibración de la cuerda pasando por sus dedos. La flecha cortó el aire, volando alto, y cuando comenzaba a caer, estaba claro que no acertaría, y efectivamente no lo hizo. La flecha cayó a un metro de distancia del primer blanco.