La tarde del primer día del Torneo NIST estaba lluviosa, así que Klaus y sus amigos no pudieron salir del hotel para disfrutar de Los Ángeles. Sin embargo, eso no significaba que no pudieran reunirse para pasar el tiempo y aliviar su nerviosismo.
El sonido de las gotas de lluvia golpeando las ventanas resonaba en la habitación, creando una atmósfera acogedora y relajante mientras Klaus y Ashley se besaban en su cama. De repente, dos golpes en la puerta interrumpieron su sesión de besos.
Klaus y Ashley se separaron rápidamente, y con sus rostros sonrojados intercambiaron una mirada sorprendida.
—¿Quién podría ser a estas horas de la noche? —susurró Ashley, levantándose de la cama para arreglarse la ropa.
—No tengo idea, pero por alguna razón me pregunto quién es —respondió Klaus, sentándose en la cama y alisando su camisa.