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La columna detrás de la cual se resguardaba Kaizen tembló por los impactos de los hechizos de Elara, pero consiguió ofrecerle una protección temporal efectiva. Kaizen sabía que no podía esconderse allí para siempre, ya que las explosiones destruirían la columna tarde o temprano, o podrían darle a Elara tiempo para conjurar un hechizo aún más poderoso. Esa era la situación, mientras se refugiaba Kaizen pensaba rápidamente en una estrategia para superar a Elara. Sabía que su
Detrás de la columna, Kaizen concentró nuevamente su energía, enfocándose en la hoja de la Espada de la Noche, que parecía estar más enfurecida que de costumbre, y de alguna manera Kaizen podía entender el motivo de ello.