—Davster observó cómo Andrew se alejaba con una sonrisa cansada en los labios antes de caer en un estado de semi-consciencia. Sabía que el tiempo era corto y su debilitado cuerpo ya no podía soportar los efectos del veneno de lamia.
Mientras Andrew seguía el camino indicado por Davster, su mente se llenaba de pensamientos y emociones contradictorios. Se sentía honrado de ser elegido para esta misión, pero también cargaba con el peso de la responsabilidad de proteger a las princesas y encontrar una solución a la caótica situación que se estaba desplegando.
Encontrando el pasillo a la derecha de la escalera principal, Andrew apresuró el paso, manteniendo su atención aguda en búsqueda del vestíbulo mencionado por Davster. El sonido lejano de batallas y gritos resonaban a través de los pasillos del palacio, sirviendo como un constante recordatorio del peligro inminente y de que aquellos causando tal daño aún rondaban.