—¡Esto es increíble! —exclamó Kaizen al ponerse el anillo.
—¿Qué? ¿Qué hace esta cosa? —preguntó Linus con interés.
—No lo sé con certeza, pero parece que es algún tipo de objeto con la habilidad de guiarte a través del laberinto.
Justo en ese momento, el anciano reapareció, esta vez cerrando el cofre. —Así es. Este anillo tiene mucha historia y fue forjado por un herrero legendario hace mucho tiempo. Se dice que es capaz de guiar incluso al aventurero más perdido; Kaizen miró el anillo con respeto y luego miró a Linus. No sabía si la historia era cierta o no, pero no cabía duda de que este era un objeto poderoso, a pesar de sus bajos atributos.
El anciano se rió. —Sabía que te gustaría. Ahora vayan. Lárguense de aquí.
Kaizen y Linus salieron de la habitación, sintiendo la emoción en sus venas. Habían pasado la prueba del anciano y ahora poseían un arma poderosa.