El interior de la Arena Valkyria era tan grandioso como el exterior, y Kaizen caminaba por los largos corredores, observando con curiosidad cómo otros competidores pasaban apresuradamente a su lado. El lugar era realmente enorme, con muros de piedra gris y altas ventanas arqueadas que dejaban entrar la luz natural, pero bloqueaban cualquier intruso con gruesas barras de acero. Los pasillos estaban llenos del sonido de voces y el olor de comida siendo preparada en los puestos esparcidos por todo el lugar. Al parecer, los comerciantes más selectos tenían permiso especial para vender dentro de la arena.