Todos se sorprendieron mucho por los términos de victoria y derrota en el duelo entre Klaus y Ashley. Era difícil imaginar que alguien arriesgara su lugar en un programa tan importante solo para salir con una chica, solo partes que entendían, porque Ashley no era una chica cualquiera, era la belleza del campus y una diosa inalcanzable para la mayoría de los hombres del campus.
—¡Vaya, eso es muy interesante! ¿Y quién sugirió esta apuesta? —preguntó un chico.
—La propuse yo —dijo Ashley, tratando de no sonar suave porque era la líder de la Sociedad de la Disputa de la Daga.
—¿Eh? Eres más fuerte de lo que pensaba, Ashley... ¿Y tú lo tomaste tan tranquilamente? —otro preguntó a Klaus.
—La acepté —dijo Klaus con confianza.
Todo el mundo miró a Klaus sorprendido, como si fuera el loco por aceptar, y pronto entendió que esta reacción no era porque nadie quisiera tener una cita con Ashley, sino porque pocas personas en todo el país podían vencerla en un duelo.