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El discurso sugerente del mago hizo que Kaizen y la Lirio de Sangre alzaran sus cejas en sorpresa.
Ninguno de ellos había pensado en la posibilidad de que la explosión fuera una distracción, pero tras un análisis más detallado, después de que el hechicero hablara, tenía algo de sentido, considerando también que la explosión ni siquiera había causado una destrucción masiva, sólo había creado algunos problemas que requerían tiempo y paciencia para solventar, tanto para los jugadores que ya estaban en la zona como para los que serían atraídos por el sonido de la explosión.
La persona detrás de un plan como este era experimentada, especialmente porque sabía del comportamiento impulsivo de la mayoría de los jugadores.
—Debemos volver a la biblioteca inmediatamente —ordenó la Lirio de Sangre. Al mismo tiempo, transformó su gran arco en una espada de hoja roja y la enfundó.
—Puedes ir adelante. Intentaré sacarle algo a este hombre —respondió Kaizen.
