—¿Por qué el director no ha venido a saludarme? —preguntó Thor, su tono extremadamente arrogante.
El profesor principal se acobardó ante la pregunta mientras decía:
—Poderoso Thor, el señor director está ocupado con los preparativos del torneo y envía sus disculpas por no poder saludarlo personalmente.
Gunrir, el secuaz, se enfadó con esto mientras decía:
—¡Qué insolencia! ¡El director necesita conocer su lugar! ¿Cómo es el torneo más importante que saludar a Thor?
—¡GUNRIR! —rugió Thor de ira, mientras el enano caía de rodillas—. Por supuesto que el torneo es importante, ¡mi hijo lucha en él! Deja que el director haga los preparativos, no me importa —habló Thor mientras los profesores suspiraban colectivamente de alivio.
—Bien dicho sabio maestro, no había pensado en el joven maestro —se disculpó Gunrir como el perro que era y Thor aceptó.
