—Felicidades, jugador Ravan, has cumplido las condiciones para ascender a las filas élite de la Divinidad y convertirte en un jugador destacado en el universo.
Nosotros los celestiales hemos evaluado tu rendimiento como perfecto desde que completaste el desafío que establecimos en su totalidad, convirtiéndote en el primer mortal en mucho tiempo en hacerlo.
Aquí están las opciones que hemos decidido como tus recompensas, pero te aconsejo que escuches todas cuidadosamente y tomes una decisión acertada ya que tendrá un impacto directo en tu futuro y tu destino —dijo la voz celestial mientras Max se preparaba mentalmente para recibir sus opciones de recompensa.
Esta iba a ser una de las decisiones más importantes de su vida.
Cada dios solo tenía unas pocas oportunidades para aprender ataques divinos.
Hasta ahora todos los ataques divinos que conocía estaban limitados al poder del Agni-Astra pero no provenían directamente de su propio poder.
