—El resultado de la [Tempestad del Vacío] fue una vista espeluznante, que hizo estremecer hasta a los más valientes guerreros.
—El que una vez fue un campo de batalla bullicioso ahora se parecía a un cementerio, un paisaje quemado lleno de escombros irreconocibles que, hasta hace unos momentos, eran torres y muros de la orgullosa fortaleza de los enanos.
—El aire estaba cargado con el hedor de carne chamuscada y metal quemado. Un ominoso silencio reinaba en el campo de batalla, solo interrumpido por el ocasional gemido de un soldado moribundo o el estruendo de un pedazo de escombros cayendo.
—Era difícil comprender la magnitud de la destrucción causada por la [Tempestad del Vacío]. El paisaje estaba esparcido con los caídos, aquellos que habían sido atrapados en el paso de la calamidad. Los números eran desconcertantes. Fue una masacre.