Max caminaba hacia la cámara del tiempo con su corazón latiendo rápidamente fuera de su pecho. Sabía que no tenía elección aquí, sabía que saldría por el otro lado mucho más fuerte de lo que entró, sin embargo, la mera idea de no poder ver a Asiva, Anna, Sebastián, Severus, Naomi, Ruby, Jake, Amy, Kartikeya y todos sus demás amigos durante al menos un siglo hacía que cada paso hacia la cámara fuera más y más pesado.
Max sabía que si lo pensaba demasiado no sería capaz de entrar en la cámara y probablemente acabaría muerto luchando contra Angakok, razón por la cual fortaleció su resolución y siguió caminando sin titubear creyendo que se convertiría en un dios algún día y todo esto no sería más que un corto período de su vida cuando lo recordara a los 5000 años.
—¿Lo has preparado mentalmente? —le preguntó Angakok directamente a Kremeth sin molestarse en interactuar con Max.
—Hice mi parte —dijo Kremeth sin emoción mientras miraba fijamente a Angakok en los ojos.
