Max estaba listo para tirar la toalla, el dios chamán Angakok lo había colocado en una posición donde la victoria era imposible.
Fue un grave error de cálculo por su parte y le iba a costar la vida a Max.
Su cuerpo se sentía como si pudiera ser desgarrado miembro por miembro y estaba luchando para mantener su Manipulación de Sangre para obtener la sangre necesaria que su cuerpo necesitaba para funcionar contra la gravedad.
Si hubiera sido cualquier otra persona que no fuera Max, sin la extremadamente alta resistencia al fuego y la habilidad especial, a menos que fueran un dios de nivel 8 o superior, ya habrían pasado a mejor vida.
Incluso Angakok con todo su poder afirmó que era incapaz de recuperar personalmente la última pieza y aun con toda su ayuda Max sentía que iba a quedarse un poco corto.