—¡No! ¡No! ¡No! ¡NO! Fin de la discusión —dijo Sebastián jadeando mientras expresaba su fuerte desacuerdo con el plan propuesto por Max de un ataque suicida.
—¿Por qué no? Vamos, amigo, será solo un paseo rápido. Dentro y fuera, solo tú y yo —dijo Max, tratando de convencer a Sebastián de que su plan valía la pena intentarlo.
—¿Por qué no? ¿Por qué no? ¿Por qué? Porque es lo que nos han enseñado. La base misma de tu loco plan va en contra del camino del cobarde y yo no quiero tener nada que ver con eso. Soy un hombre cobarde, tal locura está más allá de mí —refutó Sebastián mientras Max tenía que levantar las manos en señal de rendición para permitir que su amigo se calmara.