—Al escuchar a su hermana decir que podía meterlo, los ojos de Alegría relampaguearon. Mientras empujaba su ahora clítoris de seis pulgadas entre los húmedos labios vaginales de su hermana, separándolos por primera vez y penetrando en el resbaladizo orificio que parecía invitarla a entrar. Se detuvo justo antes de alcanzar la cereza de Destino y se inclinó hacia adelante y besó los labios de su hermana —Des, si hago esto no hay vuelta atrás. Realmente te haré mi esposa.
—Destino sonrió y alzó los brazos, enganchándolos alrededor del cuello de Alegría y sus piernas alrededor de su trasero. Con una ligera fuerza, empujó las caderas de Alegría hacia adelante, empujando el clítoris que estaba dentro de ella hacia su cereza, y pasando a través de ella, rompiéndola de una vez por todas. Con una expresión ligeramente dolorida, Destino se inclinó y mordisqueó la oreja de Alegría y susurró —Lo sé.