—¡¿Quién te crees que eres?! —Teleth no pudo soportarlo más. Odiaba a su hermana más que a nadie en el mundo. Siempre fue una espina en su costado. Siempre haciendo cosas que hacían que la gente la viera como la verdadera heredera—. ¡Abandonaste el clan y te fuiste a casar con algún monstruo. Ahora vuelves y nos amenazas!? ¿¡De dónde sacas el descaro!? No eres nada más que una puta que abrió las piernas por algún hombre y olvidó ab-mumph!!!!!!!
La boca de Teleth fue sellada, sus labios fusionados, haciéndolo imposible para él abrirla a menos que quisiera desgarrar su propia boca.