Al ver a Blake regresar, todas las chicas soltaron suspiros de alivio. Blake fue abrazado por todos lados mientras las cinco esposas y dos hijos lo apretaban fuertemente. Blake sabía que debían haber estado preocupados por él, así que los dejó abrazarlo hasta que sintieron que había sido suficiente.
—Debes tener hambre. Déjame conseguir algo de comida para ti —Lillia se dirigió hacia la zona de la cocina y estaba a punto de entrar cuando se detuvo y se volteó hacia donde estaba Blake para ver aparecer un extraño cuadrado dorado en el techo. —¡Blake!
Blake reaccionó rápidamente mientras saltaba hacia atrás, trayendo consigo a las dos niñas que aún estaban agarradas de sus piernas. Las atrajo hacia él en una postura protectora. Miró hacia arriba hacia el cuadrado dorado que apareció en su techo y frunció el ceño. Sentía que sabía de quién se trataba. —¡Sal, Nanaya!
