En el otro lado del frente, el rey de los dragónicos estaba sentado en lo alto de un wyvern que llevaba una armadura incrustada de gemas. Miró a través del campo de batalla con expresión sombría. En el aire vio muchas figuras opuestas que habían aparecido de repente, pero lo que más le asustaba no eran las naga o el hecho de ver al Antiguo Tamal allí de pie, sino los dos seres que volaban más alto en el cielo. —Un dragón éter y un drakani. Ambos parecen tener evoluciones diferentes en comparación con sus ancestros. Esto...