A la mañana siguiente Blake tocó la puerta de Bret ya que el hombre no había asistido a la reunión matutina. —¿Qué diablos está él...
Las palabras de Blake se quedaron atascadas en su garganta cuando una cierta chica elfa abrió la puerta llevando la misma ropa que ayer con un ligero sonrojo en su rostro. —Bret sigue durmiendo...
—El... Tú... ¿ustedes dos? —Blake buscaba las palabras. ¿¡No habían avanzado las cosas un poco demasiado rápido ayer!?
—Ahora estamos casados. Y ya que estuve esperando mucho tiempo. Kind of me excedí anoche. Así que, por favor, perdónalo por hoy... —Rin tenía la cara muy sonrojada mientras hablaba, pero no quería que Bret tuviera problemas porque ella lo forzó a trabajar duro toda la noche.