Rui echó un vistazo a la gélida hoja de Acero Bellhorn con admiración y emoción; la destructividad de la hoja contra el Polvo Whiteane presente en el cuerpo del monstruo era mayor de lo que había imaginado. Había ganado mucha más confianza en el manejo de los monstruos de la Mazmorra Shionel. No había tenido la oportunidad de usar la tubería de calefacción que había traído consigo, pero eso estaba más pensado para una situación en la que estuviera contra la pared enfrentándose a un número mayor.
Rui tenía que admitir que se había descuidado un poco durante un momento escaneando lugares distantes con su Eco Riemanniano, que no se dio cuenta de que un monstruo había llegado tan cerca de ellos durante bastante tiempo.
Miró hacia abajo al cadáver fuertemente rebanado. —Pero un catoblepas, eh —murmuró—. Escuché que se suponía que fueran aniquilados en los pisos más bajos, pero supongo que no completamente.
