—Bueno, parece que esa puerta se ha abierto —gesticuló Rui—. Supongo que este es el momento.
Él miró a los dos que tenían expresiones mezcladas, suspirando. —Sé cómo se siente, pero tu futuro es tu futuro. Tendrás mucho tiempo para pasar con tu familia cuando te gradúes, si es lo que deseas, tal como estoy haciendo yo ahora. Así que ánimo, ¿vale?
Los dos sonrieron ante esas palabras, asintiendo.
—Gracias, hermano, no estaríamos aquí sin ti —dijeron.
No pasó mucho tiempo antes de que sólo pudiera ver cómo sus figuras desaparecían en la inmensa multitud que se adentraba en la Academia Marcial.
('Bueno, su entrenamiento ya no es algo que yo guiaré', pensó.)