Cinco cientos metros.
Doscientos metros.
Cien metros.
Cincuenta metros.
Diez metros.
Justo cuando estaba a diez metros del rebaño, Rui ya estaba en posición agachada y tensa, esperando el momento adecuado para usar Dirección equilibrada, Caminata paralela y Convergencia exterior y saltar hacia ella.
Y ahí estaba.
El suelo tembló, y a un metro del rebaño, emergió un gran bulto.
Cinco metros de longitud, cinco pares de miembros, escamas cubriendo todo su cuerpo. Pero eso no era la parte más llamativa de la bestia.
Tenía un solo ojo grande, y una boca circular que se expandía enormemente para revelar dientes afilados como cuchillas en su interior mientras múltiples lenguas tentaculares sobresalían.
Parecía un monstruo creado por un departamento de diseño de personajes de una película de terror al que le asignaron demasiado tiempo y dinero para hacer que el monstruo se viera tan grotesco y aterrador como fuera posible.