Ella se estremeció ante la tremenda fuerza que su mente experimentó cuando Rui ejerció un poco de presión cargada contra ella. Endureció su expresión, tratando de resistir la presión.
Rui estrechó sus ojos mientras la atmósfera se volvía más fría.
Si hubiera habido algún ser humano allí, probablemente ya estarían en el suelo y habrían perdido el control de su vejiga. Sin embargo, su fortaleza como Aprendiz Marcial estaba mucho más allá de los límites de la mente humana. Hizo una mueca, apretando los puños y rechinando los dientes.
Huff...
Huff...
Ejecutó una técnica de respiración básica, intentando centrarse.
Huff...
Huff...
Sintió que su ritmo cardíaco volvía a la normalidad pronto.
La presión no había disminuido ni un ápice, pero logró recomponerse.
Rui pudo ver una profunda resiliencia mientras ella encontraba su mirada con sus suaves, aunque firmes ojos marrones de cierva.
Una pequeña sonrisa se dibujó en su boca.