Los ojos de Rui se entrecerraron al oír esas palabras. —¿Piensa que somos idiotas? Eso es un completo sinsentido y todos lo saben— pensó.
La parte de la violación de los derechos humanos era ciertamente cierta. Incluso estaba detallada en la orden de la misión. El centro de investigación estaba experimentando masivamente con seres humanos sin descanso. El Ducado de la Mancomunidad de Vinfarna usaba prisioneros como sujetos de prueba para la investigación y el desarrollo y la misión detallaba cómo cientos de cuerpos eran desechados por el centro de investigación cada mes.
Aún así, Rui no era un tonto.
La Unión Marcial no era una organización humanitaria o filantrópica. Era una organización que prosperaba y florecía en el conflicto humano y el sufrimiento.
¿Acaso tal organización daría la más mínima importancia a las violaciones de derechos humanos en otra nación soberana? ¿Eso también en una pequeña nación sin poder de negociación con el Imperio Kandriano?
