—La clientela era una joven mujer llamada Fria —dijo él—. Ella era una aldeana de la Aldea Hefermaine que había logrado escapar durante la toma hostil hace casi ocho meses. Recientemente había encargado una misión para liberar la Aldea Hefermaine del dominio de la Banda Ruyloken.
—Y Rui acababa de recoger la factura de la misión —continuó.
Ojeó los datos proporcionados por la Unión Marcial.
—La Banda Ruyloken era una conocida banda criminal del Reino de Grahal —explicó—. Eran bastante pequeños para ser una banda, con un recuento de miembros de solo veinticuatro. Pero su tamaño significaba que cada miembro obtenía más de cada botín.
