—¡WOOOOAAH! —exclamó un adolescente emocionado.
—¡Mira cómo pelean! —exclamó otro niño al lado.
—¡Son tan geniales!
—¡Yo también quiero ser un Artista Marcial!
—Está bien, está bien —reprendió Julián—. Cálmense por ahora.
Los calmó, antes de volver a mirar con asombro el encuentro en curso. No era que nunca hubiera visto a un Aprendiz Marcial, tenía a Rui, y también había trabajado con varios Aprendices Marciales en estudios, encuestas y experimentos realizados por el Instituto de Ciencias de Kandria.
Pero nunca los había visto en acción dando todo de sí. Sus actuaciones solían ser controladas y reguladas por el bien de la investigación.
Esta era verdaderamente la primera vez que había visto a Aprendices Marciales yendo con todo. Y la visión lo había dejado sin palabras.