El cielo estaba oscuro, los bordes de la puesta de sol se hundían por debajo del horizonte. Había pasado casi la mitad del día fuera de casa. Sin embargo, Rui no tenía prisa, caminaba a casa tranquilamente de manera despreocupada, contemplando lo que había ocurrido durante todo el día.
—La primera ronda eliminó a la mayoría de los solicitantes, alrededor del noventa por ciento o así, la segunda ronda se deshizo del setenta por ciento y la tercera ronda eliminó precisamente la mitad.
Eso dejaba solo un poco más del uno por ciento de las solicitudes, tal era la diminuta proporción de solicitantes que lograban pasar el examen.
—Además, incluso entre los solicitantes que pasan el examen, solo una pequeña proporción de ellos alcanza la etapa de Escudero Marcial.
Fue una prueba brutal, una que Rui había casi superado.
—Suspiro... Me pregunto si Kane pasó... Probablemente sí.
Lo esperaba, al menos. Aunque ni siquiera había conocido al chico por un día, era genial. Además, había ayudado a Rui. Una deuda que Rui prometió que pagaría.
—Fae definitivamente también pasó.
No había duda sobre esto tampoco, estaba bastante seguro de que era extremadamente rica o que era familia de un Artista Marcial extremadamente poderoso, o ambos. Suspiró. No lamentaba haber nacido en el Orfanato Quarrier, pero indudablemente había beneficios que le habían faltado por nacer en una clase económica más baja.
—Aún así... Elegiría el orfanato si me dieran a elegir. —Sonrió calidamente al pensar en su familia en el orfanato. El dolor de ser separado de ellos no era algo que quisiera imponerse voluntariamente.
Mientras su mente vagaba, seguía avanzando. Estaba de muy mal humor, pero al menos no se sentía arrepentido.
—Di todo de mí. —Se encogió de hombros. ¿Qué más podía hacer una persona? Además, aunque estaba casi seguro de que todo había acabado para él, el juicio oficial aún no se había publicado, así que ¿quién sabía? Todo era posible.
Rui se detuvo al llegar a la puerta del orfanato. Casi no quería entrar, no quería ser el centro de atención mientras aún estaba saturado de decepción y frustración.
—El problema soy yo, no ellos. Me consolarán y animarán.
Rui suspiró antes de entrar. La puerta se abrió antes de que llegara y Farion ya podía decir lo que había sucedido basado en la expresión de Rui.
—No te preocupes, entra, la cena está lista. —Dijo antes de hacerle un gesto a Rui para que pasara. Rui sonrió levemente, era una forma muy propia de Farion de consolar a las personas. No era alguien que expresara directamente sus pensamientos y emociones, pero aún así transmitía lo que quería. Sus palabras justo entonces se traducían aproximadamente a:
—Sé que no lograste lo que querías, sé que es una mierda, pero por ahora ven y pasa tiempo con la familia que amas, estamos aquí para ti.
—Sí... Haré eso.
Se rascó la cabeza mientras entraba.
—He vuelto.
Lashara parecía estar llena de puro alivio. De todos los que estaban en el Orfanato Quarrier, era la que más se preocupaba por su bienestar y su vida más que su primer intento en el Examen de Entrada Marcial. Le había examinado el cuerpo de arriba abajo, un evento embarazoso para un chico de trece años, pero aún más para uno de setenta y dos. Pero él le permitió hacerlo, al menos le debía eso, después de ignorar años de sobreprotección para finalmente intentar el Examen de Entrada Marcial.
Por supuesto, todas sus heridas habían sido tratadas por el Departamento Médico, así que no había nada que temer, ¿pero eso detuvo a Lashara?
—Je, parece que Mamá incluso te obligará a dormir a su lado de la ansiedad —Nina sonrió con sarcasmo.
—¡Cualquier cosa menos eso! ¡No he hecho eso en seis años! —Rui se quejó.
—¿Y? ¿Cómo te fue? —preguntó Julián, a pesar de ya conocer la respuesta.
—Fallé en la ronda final —Rui suspiró en respuesta.
—Qué lástima, no te preocupes, puedes intentarlo de nuevo el próximo año. El hecho de que llegaras a la ronda final en sí es bastante notable. Pero, ¿cómo sabes que fallaste si el anuncio oficial aún no está fuera?
Él sabía que las Academias Marciales enviaban cartas oficiales selladas con el sello de la Unión Marcial Kandriana declarando la admisión de los candidatos aceptados como estudiantes mientras establecían una cita con el candidato y/o con el Tutor.
—El objetivo de la ronda fue especificado, y fallé perfectamente en cumplirlo. No hay manera de que haya pasado.
—Hmm... Ya veo. Bueno, no te preocupes por eso. Comencemos a comer.
Y así lo hicieron. Discutieron con entusiasmo sobre una variedad de temas rápidamente, obligando a Rui a sacar su mente del examen, por lo que estaba agradecido.
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El Maestro Aronian acababa de terminar de calificar la ronda final del Examen de Entrada. Solo 567 solicitantes habían pasado el Examen de Entrada en la sucursal de Kandria este año. Como el jefe de vigilancia designado de este año, se le había dado plena discreción con respecto al examen, y siempre y cuando no se excediera, podía hacer lo que quisiera. Normalmente, consideraba este deber una tarea aburrida, pero los solicitantes de este año eran interesantes, por decir lo menos.
(El talento de alto nivel de la tanda de este año es impresionante... Está Kane Arrancar. Hijo del Sabio Damián Arrancar. Basado en sus actuaciones, su habilidad general y capacidad de combate estaban a nivel de Aprendiz Marcial. Extremadamente impresionante que lograra descubrir su Camino Marcial a la edad de trece años, un genio con potencial desconocido. Lo interesante es cuán tremendamente diferente parece ser su Arte Marcial del del Sabio Arrancar. El Puño Furia del Diablo del Sabio Arrancar es un Arte Marcial de golpe que enfatiza mucho en la fuerza bruta y la durabilidad a costa de la velocidad y el maniobrar, aunque no esperaba particularmente que Kane siguiera el mismo camino, es un poco extraño que eligiera el opuesto exacto.)
Kane había elegido un Arte Marcial con un fuerte enfoque en la velocidad, la agilidad y el maniobrar evasivo, a costa de un cuerpo poderoso.
(Las Artes Marciales son manifestaciones del Alma, en cierto sentido. Que Kane se haya enfocado en la evasión y haya elegido un camino completamente diferente de la tradición familiar Arrancar. Me pregunto qué significará esto para la Casa Arrancar...)