Después de presentarles el último producto, Aethelwolf escaneó las caras de las damas. Eran bellezas de clase mundial. Si hubieran estado presentes en su vida pasada, habrían sido tratadas como reinas de la belleza.
—¿Tienen alguna pregunta? —preguntó Aethelwolf con una sonrisa.
Nadie hizo ninguna pregunta. Todo fue explicado en detalle y las dos señoras también demostraron cómo usar los productos.
—Dado que nadie tiene preguntas, pasemos al siguiente punto de la agenda... —Aethelwolf les dio más detalles sobre sus salarios, uniformes y otras cosas relacionadas con su trabajo.
La reunión continuó por unas horas más.
Después de la reunión, Yulia salió de la Mansión del Lago Dorado junto con las otras damas. Estaba muy emocionada y apenas podía ocultar la alegría en su rostro. Provenía de una familia ordinaria, así que no esperaba un trabajo tan bien pagado. ¿Quién hubiera pensado que una oportunidad tan grande la esperaba aquí?