Lark Whitmond resopló cuando vio a Aethelwolf. —Son demasiado lentos —murmuró.
Aethelwolf ignoró a este irritado aliado suyo y caminó hacia donde estaba sentado Eliazar. El chico estaba charlando con alguien, por lo que no se percató de la llegada de Aethelwolf. Fue solo cuando Aethelwolf estuvo frente a él que notó su presencia. —¡Sir Aethelwolf! —Le sonrió levemente.
—Pareces estar ocupado, Sir Eliazar. —Aethelwolf soltó una risita mientras estrechaba la mano con Eliazar.
—La verdad es que no. Por cierto, esta es la Señora Kayu Baltazar. Ella también es una Santa General de nuestra Isla Mística. —Eliazar presentó a la mujer de cabello gris a su lado. Parecía tener unos treinta y pocos años, pero Aethelwolf sabía que esta mujer tenía más de sesenta años. Además, estaba clasificada en el decimosexto lugar en la Clasificación de Poder Celestial. ¡También era conocida por todos como la Diosa del Fuego debido a su destreza en técnicas de fuego y Alquimia!