Después de una discusión exhaustiva sobre cómo colocarían las trampas en las dos áreas, el Duque Baron dio por terminada la reunión.
—¡Señor Aethelwolf, por favor espere! —llamó a Aethelwolf. Este hombre les había ahorrado el problema de perder demasiado tiempo ideando un plan para lidiar con su predicamento. También admiraba la astucia de Aethelwolf y, debido a eso, su creencia de que el hombre era un Esper Nivel 5 se fortalecía aún más.
—¿Hay algo más que necesite de mí, Sir Baron? —Aethelwolf sonrió al Duque.
El Duque Baron negó con la cabeza y se echó a reír con ganas. —Solo quiero agradecerle, Sir Aethelwolf. Incluso si no va a participar en la guerra, mencionaré su ayuda a Su Majestad.
Aethelwolf se rió entre dientes y negó con la cabeza. —No hay necesidad de eso, Sir Baron. Solo estoy haciendo mi trabajo como ciudadano del Imperio Leone. Además, no quiero que las clases en mi academia se vean afectadas por la guerra —murmuró.