—¡Hola, Sir Aethelwolf! Lamento no haber estado presente personalmente para invitarle a venir al sitio. Tengo que estar aquí para asegurar la productividad de nuestros trabajadores. No quiero que ocurra un error en la construcción de su tienda de ropa —Henry estrechó la mano con Aethelwolf.
—No hay problema. Me alegra que esté dando tanta importancia a la creación de mi tienda de ropa. Creo que el pago y el contrato ya han sido gestionados por Samira —Aethelwolf sonrió a Henry. Este último tenía profundas ojeras, una clara señal de que no ha dormido bien en los últimos días. Henry debió haber trabajado mucho para construir su tienda de ropa.