Aethelwolf fumaba un cigarro en el balcón de su mansión. Observaba a las tres bestias que obviamente estaban aburridas después de jugar en el campo abierto durante algunas horas. Pensaba en qué debería hacer a continuación ahora que había manejado la reestructuración de sus guardias.
—Señor Aethelwolf, ¿qué es eso? —De repente escuchó la voz curiosa de Jacinto detrás de él. Giró la cabeza hacia ella y sonrió mientras señalaba el cigarro entre sus labios. —¿Te refieres a esto? Se llama cigarro y puede ayudarme a ajustar mi ánimo a la normalidad. ¿Quieres probarlo? —
Su cigarro es diferente a los que existían en su antiguo mundo. Los ingredientes que usó para hacerlos eran todos saludables y podían incluso aclarar sus vías respiratorias. Además de eso, el uso prolongado de su cigarro también podía mejorar el cuerpo físico de uno.
Jacinto miró curiosa el cigarro mientras asentía con la cabeza.