Aethelwolf sonrió a Alberto. Este era un hombre inteligente. No tenía nada en su posesión en este momento y lo único que podía ofrecerle a Aethelwolf era su lealtad.
—Toma estas dos píldoras —Aethelwolf le lanzó un Gránulo de Vigor y una Píldora de Recuperación. La condición de Alberto era bastante especial, así que Aethelwolf le dio la versión original de la Píldora de Recuperación. Su eficiencia era mayor que las que vendía en su clínica.
Alberto, tembloroso, agarró ambas píldoras y las miró emocionado. Si realmente pudiera recuperarse después de tomarlas, serviría a Aethelwolf por el resto de su vida. No dudó ni un momento y se tragó las dos píldoras al mismo tiempo. Sintió un dolor punzante agudo en su Hégel, pero el dolor pronto se desvaneció y fue reemplazado por una sensación de frescura que se extendió lentamente por todo su cuerpo.