Leric solo comió una pequeña cantidad de carne que fue suficiente para saciar su hambre. Las damas también terminaron de comer y revelaron en sus rostros expresiones de satisfacción. Para ellas, comer en este restaurante era una oportunidad única en la vida, así que estaban alegres y emocionadas. La comida no las decepcionó y prometieron volver cuando tuvieran más dinero. Con su contrato con Aethelwolf, ya no tenían que preocuparse por no tener dinero.
—¿Han comido todos hasta saciarse? —les preguntó Leric con una sonrisa.
Todos asintieron con la cabeza, pero uno de ellos no pudo evitar preguntar. —Señor Aethelwolf, solo comiste una pequeña porción de carne. ¿Realmente es suficiente para ti?
Los demás también lo miraron preocupados.
Leric negó con la cabeza y se rió. —No tenía mucha hambre, así que no comí mucho.
No insistieron en el tema después de escuchar su respuesta.