—Por cierto, también vine aquí por otro asunto. Sentémonos primero para poder hablar de ello —Leric caminó hacia un asiento cercano y se sentó con Henry enfrente de él.
Henry miró a Leric con una sonrisa mientras esperaba que él hablase.
—De hecho, no es un gran asunto. Escuché de Samira que también tienes una empresa de mensajería a tu nombre. Quiero enviar algo a Ciudad Barden. ¿Puede tu empresa hacerlo? —Leric lo miró con una mirada tranquila. Planeaba enviar una gran cantidad de dinero a sus padres.
Viendo su expresión seria, Henry se golpeó el pecho con confianza. —¡Por supuesto! Nuestra empresa de mensajería incluso tiene la capacidad de enviar artículos fuera del Imperio Leone. Enviar algo a Ciudad Barden es pan comido para nosotros.